Septiembre es un mes de transición a caballo entre el final del Verano y el inicio del Otoño. Según el punto geográfico en el que nos encontremos, dicha transición será más lenta o más fugaz y serán las lluvias y la bajada de las temperaturas los factores que marcarán el inicio de la nueva temporada.
Los dichos populares hacen referencia a la maduración de los últimos frutos a cosechar, a la disminución de las horas de luz, a la sequía agónica arrastrada durante todo el verano y a veces prolongada también durante este mes, o también a lo contrario –según las zonas- a la más que abundante pluviosidad –la temida gota fría-.
El Refranero nos recuerda también los últimos coletazos del verano, con el infalible veranillo de San Miguel, a finales de Septiembre, y el júbilo de muchos rincones de nuestro país, ya que es el mes elegido en muchos municipios para celebrar las fiestas patronales.
Septiembre, o lleva los puentes o seca las fuentes.
Marzo y Septiembre, meses hermanos: uno dice adiós al invierno y otro al verano.
Por el veranillo de San Miguel –29 de Septiembre- están los frutos como la miel.
El sol septembrino madura el membrillo.
Septiembre es frutero, alegre y festero.
Por Febrero y Septiembre, a las seis anochece y a las seis amanece.
Si en Septiembre ves llover, Otoño seguro es.